Los mejores himnos de fútbol del mundo
Entre los himnos de fútbol más famosos del mundo están el del AS Roma y el del Liverpool FC, reconocidos, además, como los dos mejores por France Football en junio de este año.
El primero, creado por el cantautor Antonello Venditti, un apasionado seguidor de la “Roma”, se titula, como no podría ser de otro modo, “Roma (non si discute, si ama)”. Aunque casi todo el mundo lo conoce por su primer verso, “Roma, Roma, Roma”.
Sin embargo, en 2013 la relación entre el autor y el club pasó por un pequeño bache cuando Venditti criticó públicamente la deriva del equipo y la actuación de la directiva. Hasta el punto de que el músico pidió que la canción se dejase de emitir por megafonía antes del comienzo de cada encuentro.
Por suerte, las cosas se fueron calmando poco a poco y la hinchada “giallorossa” todavía sigue emocionándose con esta letra los días de partido. Bueno, con esta letra y con la de “Grazie Roma”, la otra canción compuesta por Venditti y que suena al final del partido cuando gana la Loba. ¡Amor incondicional, se llama!
Por su parte, “You’ll never walk alone” es el cántico que pone en pie a todo el estadio de Anfield cada vez que el Liverpool FC juega en casa. Lo que quizás no sepas es que esta canción también es el himno del Celtic de Glasgow y del Borussia Dortmund, entre otros equipos. Y es que no se escribió pensando en el fútbol sino como parte del musical “Carousel”, allá por 1945. Eso sí, la letra le viene que ni pintada a cualquier hincha para demostrar la fidelidad a sus colores.
Por cierto, hay una anécdota preciosa en torno a este tema. El 7 de abril de 2016, el Liverpool y el Borussia se enfrentaron en cuartos de final de la Europa League en el estadio del equipo alemán. Antes del pitido inicial, las dos hinchadas cantaron la canción al unísono, puestas en pie, con las bufandas en alto y como una sola voz. Si te lo perdiste, busca el vídeo en Internet, porque de verdad que pone los pelos de punta.
Desde lo más profundo del corazón
Quienes se identifican con los colores de un equipo, no pueden evitar emocionarse con sus gestas, sus triunfos, sus remontadas imposibles y por qué no, incluso con sus fracasos. Todo ese compendio de emociones es lo que recogen los himnos futbolísticos. Y ánimo, mucho ánimo, para los momentos menos buenos.
Cuando a esta pasión se le suma el talento, surgen canciones que calan rápidamente en la afición y pasan a representar al club, si no de manera oficial, al menos de manera oficiosa. Es el caso del tema compuesto por Joaquín Sabina para el Atlético de Madrid en su centenario, que evoca toda una historia de tropiezos, pero también de días de gloria, con la afición siempre al lado de su equipo.
Otro buen ejemplo es el himno compuesto por el Arrebato cuando el Sevilla cumplió su primer siglo de vida. Épico y excesivo, como manda la tradición, es también pegadizo, alegre y toda una declaración de intenciones, como el verso que dice “sevillista seré hasta la muerte”.
Y tampoco podemos olvidar las interpretaciones memorables de los himnos oficiales por parte de algunas de las grandes voces del país. Baste como ejemplo la versión del ¡Hala Madrid! que hizo Plácido Domingo, madridista confeso, o la del Cant del Barça de Joan Manuel Serrat, apasionado culé, con motivo de los respectivos centenarios de sus clubes.